Noche de tormenta

Noche de tormenta. Michí¨le Lemieux

¡Excepcional! Noche de tormenta es una pequeña obra maestra en la que la canadiense Michí¨le Lemieux logró algo que mucho se proponen y muy contados consiguen: conjugar la mayor simplicidad en los recursos formales y la mayor profundidad en los contenidos. En pocas palabras: lo más con lo menos.

En su cama, sin otra compañí­a que su mascota, un expresivo perro, una niña pequeña no consigue dormir. Reflexiona y se hace todas esas preguntas sin respuesta que han desvelado a la humanidad desde tiempos sin cuenta: "¿Quién soy yo? ¿Realmente, toda mi vida está ya determinada desde el principio? ¿Realmente, cuida alguien de mí­ ahí­ arriba? ¿Qué es, en realidad, el destino? Y el azar, ¿quién lo determina? ¿Morir duele? El fin del mundo, ¿existe?". Con unas cortas frases y expresivos dibujos a lí­nea, la autora ha creado libro lleno de interrogantes y reflexiones, de miedos e incertidumbres, sin respuestas aleccionadoras, donde tienen cabida también el humor, la esperanza y el optimismo. 

Las ilustraciones de Michí¨le Lemieux admiran por la sencillez de sus trazos. En cada uno de sus dibujos “que pueden ser í­ntimos, cotidianos o fantasiosos, surreales “ se pone de relieve una sabidurí­a gráfica y una sutileza que seducen por sus connotaciones semánticas. Lemieux nació en 1955 y vive en Montreal, donde trabaja como docente universitaria. Ha ilustrado, entre otras obras, las ediciones de Pedro y el lobo, de Prokofiev, y Amahl y los visitantes nocturnos, de Menotti.

Noche de tormenta fue calificado acertadamente como "fresco e intrigante" por Ilene Cooper, en las páginas de Booklist, cuando el libro apareció publicado en Estados Unidos, y la comentarista añadió: "Habrá, obviamente, muchos usos para este libro: como fuente de discusión o para que el niño lo lea en sus momentos de silencio".

Noche de tormenta es una obra capaz de seducir a lectores de muy diversas edades. Ganadora del premio Bologna Ragazzi 1997, está publicada en castellano en una impecable edición de Lóguez. Su lectura apenas consume más de diez minutos, pero es difí­cil calcular la perdurabilidad de las resonancias afectivas e intelectuales que puede despertar.

Javier Gómez