Los carcomidos

Los carcomidos. Agustín Cadena

Poesía y terror.

La carcoma es un insecto pequeño y oscuro. Un coleóptero roedor que puede convertirse en una plaga que ataca casas y hasta pueblos enteros. 

Los carcomidos, de Agustín Cadena, publicada en la colección A través del espejo, del Fondo de Cultura Económica, es una novela para lectores juveniles que, no obstante, puede ser leída por un público de mayor edad. El libro cuenta lo que les sucede a las personas atacadas por una plaga que los carcome, pero que solo es letal para los adultos; por eso los adolescentes Cristina, Esteban y Arturo logran mantenerse a salvo, aunque siempre están en riesgo de contagiarse, y tienen que luchar para evadir numerosos peligros y deben resistir hasta que puedan irse en busca de “La Isla”, una zona supuestamente segura, donde esperan sobrevivir y evitar el contagio.

La novela está escrita para entretener y mantener en vilo a los lectores fieles al género del terror; sin embargo, el autor se solidariza con los carcomidos, describiéndolos como seres diferentes y deformados, enfermos por los que hay que sentir más lástima que repulsión porque son seres humanos caídos en desgracia. La plaga que los ha infestado es la consecuencia del ataque desmedido del que ha sido víctima la naturaleza durante siglos. 

A lo largo de la novela hay una defensa del medio ambiente y sus personajes recrean la belleza y variedad de los elementos naturales: “A Natalia le gustaba oler el agua. Toda el agua: el agua del río y de la lluvia, la de los pozos, la de los cántaros. Se servía un vaso y olía el agua. ‘Huele a tierra’, decía, tranquila de comprobar una vez más el orden del mundo”. Esas descripciones de la naturaleza revelan su movimiento incesante y, también, lo hermosa que es la vida: “Huele a hojas verdes, a cortezas húmedas. Arturo siente que algo leve como una pluma le cae en el hombro: es una flor de tabachín. Se da cuenta de que hay uno muy grande detrás del bohío y las flores salpican el suelo alrededor”.

Hay mucha poesía y reflexión en la narrativa de Cadena: el lector las siente, y esto le ayuda a entender el dolor de esos seres en pena por sus carnes putrefactas: “Cómo el dolor está más en la carne que el amor. Porque el amor se va tal como vino y no deja marcas, no deja ninguna prueba de que alguna vez estuvo y fue real; el dolor sí. Una cicatriz es algo que está ahí para recordarnos que el dolor existe”.

Pero no todo es poético en su prosa, también nos describe un mundo triste que se destruye, situación que el gobierno aprovecha para manipular a los ciudadanos. “Un día llegó a la montaña una compañía minera y el agua comenzó a arrastrar una espuma parda que olía a huevo podrido, los primeros infectados fueron los trabajadores de la mina”. 

La narración es hermosa, fluida, aunque llega a ser espeluznante en ocasiones al describir situaciones terribles: “La carne alrededor de la herida está caliente, hinchada, y duele mucho”; y a veces alcanza niveles de crueldad extrema: “(…) le aventaron piedras y alguien quiso rematarla, pero solo alcanzaron a cortarle un brazo (...)”. 

Los personajes están magníficamente trabajados y son sensibles a la tragedia, y también a las situaciones de humor cuando estas se presentan y los hacen reír y reflexionar. Este libro es uno de esos que no se suelta después de empezarlo y hasta llegar al final. 

¿Es Los carcomidos una novela del realismo mágico o una viable realidad? ¿Se trata acaso de una distopía que puede ser posible? Pensábamos que, con los avances tecnológicos, las campañas de salud y los proyectos para proteger el planeta y la vida que hay en él, esto sería imposible, pero estamos viviendo el segundo año de una plaga catastrófica provocada por el covid-19, que ha aniquilado a millones de personas en el mundo; entonces, ¿y si sucede?... 
Ena Columbié