Chocolate amargo

Chocolate amargo. Mirjam Pressler

Eva es una adolescente de quince años que cursa el noveno grado. Es sensible, estudiosa, de abundante cabellera ondulada y ¦ gorda ”un detalle que viene a ser el motor de los conflictos en su vida.

En un principio, la muchacha batalla con sus complejos. A diario se compara con otras condiscí­pulas y trata de pasar inadvertida, ocultándose de todos, incluso evitando ir hasta la pizarra delante de su clase. Constantemente se deprime por su peso y su aspecto, pero su estado aní­mico la hacer acudir con mayor insistencia a la causa de sus problemas: la comida.

Entonces aparece Michel, un chico que no parece reparar en su gordura y la trata como si no le importaran para nada esas libras de más. La inseguridad de Eva provoca su rechazo hacia el chico, porque siempre piensa lo peor ante lo que cree una imposibilidad: el hecho de que un muchacho se fije en ella o no se avergüence de su compañí­a. Sin embargo, el chico es persistente y empieza a demostrarle que también ella puede ser objeto de interés.

El problema de la obesidad adolescente, como leitmotiv de esta novela, explora la ansiedad, el miedo y la depresión que puede generar este trastorno en quienes lo presentan.

En el caso de Eva, cada vivencia atenta contra su voluntad de no comer para poder parecerse al resto de las chicas delgadas y altas que ella piensa deben constituir el -modelo ideal  de mujer. Las crí­ticas ”a veces reales y otras imaginarias ” de amigos y familiares no contribuyen a ayudarla. Por si fuera poco, su madre acude constantemente a la comida como modo de compensación ante los conflictos matrimoniales que ella misma padece.

Tal vez el ángulo más interesante de Chocolate amargo, excelente novela de la autora alemana Mirjam Pressler publicada por primera vez en 1980, sea que, al explorar este asunto que constituye uno de los problemas más comunes entre los jóvenes de hoy, la autora hace más énfasis en la propia percepción errada que el adolescente tiene de sí­ mismo. En otras palabras, no se concentra tanto en el bullying (aunque esto también se aborda) como en la exagerada autocrí­tica que el adolescente se hace a sí­ mismo y en la percepción errada que la protagonista tiene sobre su propio fí­sico.

Esta etapa de la vida, con sus inseguridades y sus rebeliones, sus exploraciones y sus pequeñas venganzas, se desliza a través de una historia cotidiana que, sin embargo, posee un encanto especial.
Daí­na Chaviano