• Los niños del agua y La hija del rey del País de los Elfos

    "Los niños del agua", Charles Kingsley. Ilustraciones: Linley Sambourne. Traducción: Berta Roda. Barcelona: Debolsillo, 2011. "La hija del rey de País de los Elfos", Lord Dunsany. Traducción: Wendolín Perla. Ciudad de México: Perla, 2020.

Dos clásicos de la literatura fantástica

Sergio Andricaí­n
A los amantes de la literatura fantástica les recomiendo dos novelas que hace poco termine de leer: Los niños del agua y La hija del rey del País de los Elfos.

La primera de ellas fue escrita por el autor inglés Charles Kingsley (1819-1875) y publicada por entregas entre 1862 y 1863 por Macmillan’s Magazine (dos años antes de que Lewis Carroll diera a conocer Alicia en el País de las Maravillas). En sus dos primeros capítulos, el autor narra con un estilo que nos hace recordar a Dickens las vicisitudes del huérfano Tom, un niño deshollinador, "hambriento y maltratado", que mientras realiza sus labores en la mansión de una familia rica es acusado injustamente de robar, lo que desencadena una implacable persecución contra él. 

Para escapar, el chico corre atravesando páramos y bosques y desciende por la escarpada ladera de una colina hasta alcanzar un arroyo. Al llegar allí, se sumerge en la corriente y cae en un profundo y "dulce sueño"... Cuando despierta, descubre que las hadas lo han transformado en un niño del agua, una criatura anfibia algo parecida a un tritón. 

A partir de este momento la novela da un giro y se convierte en un relato fantástico en el que Tom vivirá numerosas aventuras que le permitirán crecer y transformarse, de nuevo, en un ser humano, en un hombre de bien. En un importante científico, para más detalles.

Mezclando géneros de ficción y no ficción, elementos románticos, realistas y satíricos, además de buenas dosis de imaginación, Kingsley escribe una obra que invita a los lectores infantiles (y a los adultos también) a pensar y a sacar sus propias conclusiones sobre distintos elementos que aparecen en sus páginas, como la denuncia de los abusos cometidos contra la infancia que trabajaba en condiciones de esclavitud el siglo XIX, la crítica de algunas ideas científicas de su tiempo (en especial la teoría de la evolución de las especies de Darwin) y la defensa vehemente de la fantasía. 

Una buena muestra de esto último es su alegato a favor de las hadas: “Hay quien cree que las hadas no existen (…)”, escribe Kingsley. “Afortunadamente el mundo es muy grande, con un montón de sitios para las hadas --aunque la gente no las vea a menos que miren adecuadamente-- (…) las cosas más maravillosas y poderosas de este mundo son precisamente aquellas que no se pueden ver. Hay vida en ti, la vida que te hace crecer, moverte, pensar… y no la puedes ver.”

Una frontera brumosa y azul separa los “campos conocidos” de la comarca de Erl de la geografía del país mágico de los elfos en la novela La hija del rey del País de los Elfos, publicada en 1924 por el escritor anglo-irlandés Lord Dunsany (Edward John Moreton Drax Plunkett,1878-1957). En esta obra, su autor narra los acontecimientos que se desencadenan cuando un grupo de habitantes de la pequeña ciudad de Erl pide a su gobernante que permita la entrada de la magia en sus dominios para que estos se conviertan en un lugar admirable e importante. El rey les concede a sus súbditos el deseo solicitado y designa a su hijo Álveric para que atraviese la línea divisoria entre los dos países y se case con la princesa Lirazel, quien gobierna, junto a su padre, en el reino colindante. 

Álveric emprende la marcha hacia las tierras vecinas, un lugar misterioso donde el tiempo discurre muy lentamente, un país del que poco se sabe, y lo que se conoce es únicamente lo que algunos poetas y pintores han intuido en sus sueños. Cuando pareciera que su misión ha llegado a su fin, comenzarán a surgir graves problemas...

La hija del País de los Elfos es una novela donde no solo aparecen elfos, sino muchas de las criaturas que pueblan las leyendas y los mitos célticos y anglosajones, como unicornios, duendes, brujas, enanos… Sus páginas relatan y describen dos mundos muy diferentes que, de alguna manera, se buscan, necesitan encontrarse y lo logran a través del amor. Lord Dunsany logra crear en este libro un universo original y poético, un mundo rodeado por un permanente halo de misterio. De esta obra se ha escrito que influyó en autores tan importantes como R. R. Tolkien, H. P. Lovecraft y Neil Gaiman. 

Tanto Los niños de agua como La hija del rey del País de los Elfos son creaciones singulares, que merecen ser conocidas por los lectores contemporáneos porque ofrecen una experiencia de literaria retadora, cautivante y enriquecedora a quienes se acerquen a sus páginas.