• "La Casita", de David Unger, ilustraciones de Miguel Cerro Rico. (Ciudad de México: CIDCLI, 2012).

Niños, literatura y futuro

David Unger
Mi inicio como escritor de libros infantiles y juveniles fue a raíz de las traducciones que hice hace veinte años. Comencé traduciendo el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas, en la version de Víctor Montejo, y tres libros infantiles de la guatemalteca Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz. Durante esos mismos años, también hice traducciones de Cartas para mi mamá y Perro Viejo, libros escritos por la cubana Teresa Cárdenas. El primero es una novela epistolar en que una chica afrodescendiente cubana le escribe cartas a su madre muerta contándole su día a día y el segundo narra la historia de un viejo esclavo negro que decide rebelarse junto a otros esclavos y escapar del infierno: los cañaverales de Cuba en los que ha trabajado toda su vida. También tuve la suerte de traducir un libro de la brasileña Ana Maria Machado, titulado Bisa Bea, Bisa Bel. Todas esas obras tocan temas difíciles o controversiales, algo que a mí me atrae.

Estos libros fueron adquiridos por la talentosa editora guatemalteca Patricia Aldana, de Groundwood Books de Canadá. Lo maravilloso de ellos es que no siguen ninguna fórmula y los temas son inusuales, y es por eso que pueden afectar el desarrollo de sus lectores. Se trata de obras que no solo entretienen, sino que a la vez exploran lo que los adultos llamarían temas “controversiales. A raíz de estas traducciones, decidí escribir libros que tuvieran un mensaje y que, al mismo tiempo, rompieran barreras. 

La Casita, mi primer libro infantil, fue publicado en 2011 por CIDCLI de México. Es una historia autobiográfica, de cómo era la vida durante un golpe militar y los problemas que enfrenté viniendo a los Estados Unidos en el año 1955. Curiosamente, mis padres compraron una casa en Hialeah, la vieja Hialeah, que en ese entonces era habitada por anglosajones blancos, buena gente, pero desgraciadamente, racistas. Nos incomodó mucho como nuestros vecinos hablaban de los negros, de los latinoamericanos, de los judíos, usando palabrotas que no quisiera repetir. Pero La Casita no tocó el racismo—se enfocó más bien en la pérdida de un mundo y un idioma paradisíaco, y el choque con una nueva cultura y, por supuesto, con el inglés. 

Hoy Moley Mole / Topo Pecoso está a punto de salir con Green Seeds Publishing de Miami. Este libro ilustrado tiene lugar en la Ciudad de México y trata la vida de Milagros, una chica de Michoacán, el terremoto en México de 2017 y el papel de los llamados topos, gente que buscaba sobrevivientes debajo de los edificios destruidos y derrumbados. A la vez, Topo Pecoso es un libro sobre la familia y la cultura capitalina y oaxaqueña y que alude a la migración de los mexicanos y centroamericanos hacia a los Estados Unidos, en búsqueda de mejores condiciones de vida.

Para aclarar, no me considero un escritor de libros para niños. De cierta manera, no me considero un novelista tampoco a tiempo completo, aunque me han otorgado el Premio Nacional de Literatura Miguel Ángel Asturias de Guatemala por mi trayectoria literaria. Cuando me surge una idea, me pongo a escribir, y no antes. No soy un escritor de carrera. Lo digo sin presumir y sin negar el valor de mis obras. Es simplemente la verdad y una realidad.

Niños, literatura, futuro es un gran tema que de cierta manera me asusta. Creo que lo que va a satisfacer a los jóvenes lectores es una historia bien contada y bien ilustrada. Una historia que respete su inteligencia, su humor, su espíritu de travesura y su palpable sentimiento de justicia. Tengo tres hijas y dos nietos, y sé que la capacidad que los chicos tienen para entender temas “controversiales” —el amor de hombre y hombre, mujer y mujer, de una raza con otra, la muerte de seres queridos, las groserías de la humanidad— no les incomoda. Creo que es un error garrafal tratar de proteger a los niños de la realidad. Las diferencias entre clases sociales, los problemas de las minorías, los desafíos de la integración dentro de una sociedad anglosajona dominante, los conceptos distintos acerca de la belleza, la valentía y la inteligencia, todos ellos son temas que debemos de explorar.

Lo que yo pienso, si me lo permiten, es que necesitamos más libros como esos escritos por Jason Reynolds y Jacqueline Woodson, obras que en sus casos tienen personajes afroamericanos que están enfrentando la cruda realidad. Libros de fantasía —de topos que hablan, de lunas que cantan— siempre serán bienvenidos, pero creo que es importante expandir un poco las barreras.

Les voy a contar algo. Seguro que no va a quedar entre nous, como dicen los franceses. Acabo de traducir un libro que se titulaba en español “Los cuentos que nunca nos contaron”. Es una colección de cuentos folclóricos o tradicionales de todas partes del mundo en los que las mujeres son protagonistas, capaces, valientes y sabias. A la editorial estadounidense no le gustó el título “Stories We Were Never Told”, y decidieron ponerle el de Folktales for Fearless Girls, lo cual me parece una decisión de marketing o de mercadotecnia. También me extrañó que usaron la palabra “for” en vez de “about” lo que podría haber incluido a los hombres. No conozco a un patojo al que no le interesaría leer cuentos sobre chicas valientes. Pero la editora me dijo que no: que los estudios de marketing reflejaban que este libro tendría mucho más éxito enfocándolo en las niñas lectoras, debido al chorro de libros sobre el tema de Fearless Girls, que hoy día está en auge. Qué triste y qué trágico cuando el cambio de una sola palabra hubiera abierto la puerta a los chicos también.

El futuro está en escribir libros audaces y aventados, y no en escribir libros que simplemente entretienen y no potencian nuestros jóvenes lectores. El reto es enorme, pero hay que aceptarlo. Esta responsibilidad pesa tanto sobre los escritores como los editores.

Texto leído el 23 de noviembre de 2019 en el 6to. Seminario de Literatura Infantil y Lectura de la Fundación Cuatrogatos y la Feria del Libro de Miami como parte del panel Niños, literatura, futuro.
Artículo puesto en línea en abril de 2020.