Ilustración de Clau Degliuomini para
  • Ilustración de Clau Degliuomini para "Máquinas voladoras", de Roxana Méndez (El Salvador: Valparaíso Ediciones, 2018).

"El mercado", "Las gigantonas"

Roxana Méndez
El mercado

En las noches de diciembre
no se cerraba el mercado,
era una fiesta de flores
que olía a pastel de mango
y a galletas de vainilla
como un huerto confitado.

Bajo dos cielos de luces
con mi madre de la mano,
vi un diminuto país
de figuritas de barro.

Y en el centro, gigantesco,
un árbol iluminado,
adornado con planetas
y cometas y con astros,
pájaros y mariposas,
jirafas y dinosaurios.
Diminutas figurillas
de oro rosa y de oro blanco.

A veces, una marimba
amenizaba en el patio.
Otras veces, doce niños
tocaban un solo piano.
O un viejo contaba historias
del pueblo de los Izalcos,
de su príncipe guerrero
y de su padre el rey mago
que era amigo de los duendes 
y del viento sobre el lago.

En las noches de diciembre,
pan oscuro y queso blanco
y chocolate caliente.
Con mi madre de la mano,
bajo dos cielos de luces
de camino del mercado.

Al fondo, un cerro, una luna
cuya luz se ve en los charcos.
Un tren en el horizonte
y la niebla sobre el pasto.

(del libro Máquinas voladoras, de Roxana Méndez. El Salvador: Valparaíso Ediciones, 2018).


Las gigantonas

Bajando por la calle
las gigantonas,
sus faldas con revuelos
como pequeños cielos
se mueven solas.

Una banda de músicos,
pitos y armónicas.
Tambores que retumban,
cien antorchas que alumbran
las gigantonas.

Y docenas de flores
en las carrozas.
Payasos y payasas
celebran donde pasan
las gigantonas.

Los cohetes en la noche
ruido que asombra.
Cómo bailan y bailan
porque nunca se cansan
las gigantonas.

En las fiestas del pueblo
luces y sombras,
por las calles desfilan
hay que ver cómo giran
las gigantonas.