Cuento del sinsonte olvidadizo

Cuento del sinsonte olvidadizo. Antonio Orlando Rodríguez e Israel Barrón

Publicado en 2021 por El Naranjo en México, Cuento del sinsonte olvidadizo, escrito por el autor cubanoamericano Antonio Orlando Rodríguez e ilustrado por el artista mexicano Israel Barrón es un relato dinámico y chispeante que narra las aventuras de un sinsonte que ha olvidado su canto y sale a buscarlo por diferentes paisajes del campo. Volando y volando irá encontrándose con otros personajes hasta dar con su tonada. 

El protagonista pertenece a la familia de los sinsontes o cezontles, pájaros de plumaje grisáceo que viven en las zonas tropicales de América del Norte, Centroamérica y el Caribe y que en algunos lugares, como en México y Honduras, son llamado cenzontles, nombre que proviene del vocablo náhualt "centzontototl", que significa “ave de las cuatrocientas voces”. Este pajarillo es conocido por su capacidad para imitar los trinos de otras aves, las voces emitidas por otros animales y hasta los sonidos que producen algunas maquinarias. 

El sinsonte forma parte de la mitología de los pueblos de América Central, y para los indígenas de de la región es, por sus variados y melodiosos trinos, junto con el quetzal por sus flamantes plumas multicolores y brillantes, un ave venerada desde tiempos remotos. Del cenzontle también suele decirse que cuando se le confina al cautiverio, deja de cantar y muere, porque le gusta vivir en libertad. 

El personaje principal de esta historia al no recordar su trino, se sentirá perdido, por lo que se lanzará a la búsqueda de su voz. Para ello se vestirá elegantemente, se colocará su sombrero y, acompañado de su guitarra, intentará reencontrar su canción.

Este cuento es poético de muy diversas maneras: por su carácter alegórico, por los símiles que emplea en las descripciones (“un sinsonte sin melodía es lo mismo que un bosque sin verde o que una playa sin azul”), porque apela a la poesía de origen oral (trabalenguas, retahílas y coplas), por su invitación a jugar con las palabras para formar otras nuevas (“piquicerrado”, “piquicallado”, “piquipesimista”) y por el ritmo interior de su prosa y la musicalidad de los vocablos que en ella aparecen…   

Las ilustraciones de Israel Barrón comparten con el texto esa belleza que brota de lo sencillo, capaz de encantar a los lectores pequeños y también a los más grandes. Sus coloridos dibujos poseen un toque naïve y juguetón que resulta sumamente atractivo. Cuento del sinsonte olvidadizo fue merecedor del premio Arte Editorial otorgado por la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) en el 2021. 
Ena Columbié