El libro de los rostros

El libro de los rostros. Ana Alonso y Javier Pelegrí­n

A través del relato en primera persona de Eva sabemos de la oportunidad que le brindan las redes sociales para fingir ser una persona muy diferente de lo que realmente es. Porque Eva, a sus diecisiete años, se siente invisible. Está a punto de terminar sus estudios de bachillerato, es insegura, soñadora, negativa, bastante victimista y tiene muchas ganas de agradar y de destacar de alguna forma. Todo a su alrededor le demuestra que no encaja porque le cuesta hacer amigos, pese a la ayuda de su hermana pequeña Lucí­a, con la que suele salir de vez en cuando. Eva es, además, un gran lectora dotada de mucha sensibilidad:

A veces pienso en los libros como extensiones del mundo. No sé cómo explicarlo ¦ Son como otros planetas. Puedes viajar a ellos con solo meterte en la piel de los personajes, y entonces vives, vives de verdad, pero al estilo de los habitantes de ese mundo lejano.

Desde el momento en que Eva decide abrirse una cuenta en Facebook bajo el nombre falso de Julia Espada todo parece más fácil. Enseguida recibe muchas solicitudes de amistad y mensajes privados con los que por fin puede interactuar con gente realmente interesante. Pero no hay nada casual en el creciente interés que despierta.

Sin saberlo, el nombre falso que Eva ha elegido al azar pertenece a una persona real. Aunque tiene la oportunidad de admitir que se ha equivocado decide aprovechar el tirón de popularidad y sigue adelante con la farsa. Estamos frente a una suplantación de la identidad de una famosa periodista y bloguera especializada en denuncia social y periodismo independiente en su web La ventana indiscreta. Lo único que juega a favor de la nueva "Julia" es que el blog está inactivo desde hace un tiempo y los muchos enemigos que se granjeó la verdadera administradora del blog de momento permanecen en silencio.

Pronto entran en escena dos chicos, David y Carlos, que de alguna manera intentan abrirle los ojos a Eva y darle la oportunidad de arreglarlo todo, aunque tal vez sea ya demasiado tarde. Lo cierto es que la evolución de Eva a lo largo del libro es notable y que las experiencias vividas al lí­mite la han convertido en una persona totalmente distinta, hasta el punto de afirmar de sí­ misma:

Estaba descubriendo que no todo en mí­ era torpeza, timidez o tendencia compulsiva a hacer el ridí­culo. Si me daban la oportunidad, podí­a transformarme en alguien muy diferente: podia hablar con soltura, reí­r con naturalidad delante de un desconocido, podí­a hasta brillar.

Un tema de actualidad que se refleja en un libro de temática realista, de lectura rápida, con una trama envolvente que engancha con facilidad. Las reflexiones que se plantean en torno a los peligros que esconde Internet, la cantidad de información real o no que circula en la red, lo sencillo que parece ser fingir lo que uno no es y el empoderamiento que da el anonimato son algunas de las muchas propuestas abiertas en este libro que se pueden aprovechar para debates, tertulias y trabajos en las aulas, asociaciones culturales, etc.

Ana Alonso y Javier Pelegrí­n de nuevo demuestran que forman un tándem de escritores de literatura juvenil de mucho éxito. Sus historias escritas a cuatro manos tienen gran aceptación entre los jóvenes y adolescentes. En sus obras se aproximan al mundo de los jóvenes para recordarles que deben estar alertas ante la doble cara de muchos productos culturales -como internet, la publicidad y las modas- que nos invaden en la actualidad. Sin dejar de lado la aventura, la fantasí­a y la intriga como en las trilogí­as La llave del tiempo o La Reina de Cristal y la serie de lecturas transmedia Odio el rosa.

Àngels S. Amorós